María

EL nombre de la Virgen era María.
¡María! Myriam de Judá. María de Nazaret.
Este nombre ha sido el más escogido
entre todos los nombres de mujer.
Tiene un sonido especial
cuando se lo pronuncia calmadamente.
María, María, María.
Es como decir:
Amor, verdad, justicia, belleza,
paz, libertad, esperanza, alegría .

María es pureza. Es amistad.
Es transparencia. Es compromiso.
Es hermosura. Es fidelidad.
Es el signo femenino en la vida humana.
Es el rostro cercano y la mirada de Dios.
Es la confianza de pedir sin miedo
y es la seguridad de protección.

María tiene sonido de juventud.
Es una adolescente que sonríe.
Es una joven que ama.
Es una mujer que canta.

Tiene significado de María Soledad,
María Dolores, María Consuelo,
María Gracia, María Angélica,
María Paz, María Victoria,
María Pía, María Esperanza
y Luz María.

Y especialmente tiene recuerdo y sentido
de María José y de María Jesús.
Decir María es decir silencio,
es decir palabra, canto y oración.
Decir María es hablar de Dios
y es hablar del hombre.
Decir María es decir Iglesia,
Madre, Maestra, Virgen,
Mujer, Amiga, Hermana, Hija y Esposa.
Decir María es decir tierra, mundo e historia.
Y es decir eternidad y cielo.

El nombre de la Virgen era María .
Cada mujer lleva este nombre escondido en su corazón.
Y cada hombre lo pronuncia en el secreto de su vida.

Según algunos estudiosos
María significa "Estrella del Mar".
Estrella porque nos orienta en la penumbra.
Estrella porque ilumina nuestras noches.
Del mar porque es enorme e inseguro.
Del Mar, porque queremos llegar al puerto.

Otros piensan que María quiere decir "perseverante",
"valerosa", "amada de Dios",
"la que hace ver", "la excelsa".

No nos importa lo que nos digan
los eruditos sobre su nombre.
Lo que es importante es lo que María
significa en nuestra propia vida.

Ella es María Compromiso,
María Esperanza de los humildes.
María Verdad y María Justicia.
Ella nos empuja a amar y a servir,
a creer y a orar.
María es un canto, y un poema,
lleno de actualidad y contenido.

Alégrate, María.
No temas; María.
Santa María.
El nombre de la Virgen era María.

Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor está contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.


María de la Alegría

Alégrate, María,
porque. has hallado gracia a los ojos de Dios.
Este saludo del ángel la llena de sonrisa.
"Alégrate. María,
porque Dios puso en ti sus ojos y su amor".
"Alégrate, María .
No tengas miedo.
Eres bendita para siempre".
"Alégrate, María".
Dios para nacer no quiere un corazón triste.
"Alégrate, porque el Señor está contigo".

La primera palabra es una invitación a la alegría.
El primer contacto con María
es la experiencia del gozo.
Nada de angustias. Nada de temores.
Nada de tristezas.
Alégrate. María.
Y María se alegra en verdad.
En su seno virgen empieza a crecer la vida.
La Palabra de Dios en ella se hace carne.
Es la elegida de Dios.
Y por eso María es una fiesta.
Y sale por las montañas para comunicar su noticia.
Y la prima Isabel se da cuenta del gozo que la invade.
Y se lo dice:
"Feliz tú que creíste que se cumpliría
lo anunciado de parte del Señor".
Y hasta el Bautista salla de gozo en el seno de su madre
al escucharla.
Entonces María, poetisa del amor y la justicia,
sonríe y canta:
"Proclama mi alma la grandeza del Señor.
Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
Todas las generaciones me llamarán Dichosa.
Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas en mí".

María se entusiasma. Y baila de gozo.
Y sin duda,
todas las generaciones la han llamado
y seguirán llamando: Dichosa,
Bienaventurada, y Bendita.

María se alegra esperando a su Hijo
y se alegra cuando nace.
Lo loma en sus brazos
y lo muestra a los pastores
que han recibido un anuncio
que alegrará a todo el pueblo:
"En la ciudad de David ha nacido el Salvador".
Y al poco tiempo recibe la visita de unos reyes
que han venido del Oriente
y acepta los regalos que le traen.
Y hasta un anciano de Jerusalén
se dispone a morir tranquilo
porque sus ojos han visto la Salvación.
Incluso los ángeles se alegran en el cielo y cantan.
María se alegra. Y nos alegra.

Un día una mujer entre la multitud
quiso elogiar a María y le dice a Jesús:
"Feliz el vientre que te llevó
y los pechos que mamaste".
Y Jesús no rechaza el elogio pero advierte:
"Felices más bien
los que escuchan la Palabra de Dios
y la ponen en práctica".

Porque precisamente el gozo de María
es escuchar a Dios, ponerse a su disposición,
hacer todo lo que Él le inspira, y-servir a sus hermanos.
"Que se haga en mí según tu Palabra".
"Alégrate, María".

Pero el gozo de María tiene un momento cumbre
que está guardado en el silencio y en la emoción.
Después de sufrir tan intensamente
la humillación y la muerte de su Hijo ajusticiado,
puede volver a saltar de gozo
y alegrarse en su Resurrección.
Alégrate, María,
porque la muerte no tuvo dominio sobre Él.
Alégrate, María,
porque con Él todos somos resucitados.
Alégrate y canta María,
porque el mismo Espíritu que te hizo fecunda,
ha hecho Madre también a la Tierra,
y ésta ha dado a luz
al primer nacido de entre los muertos.

Y con esta alegría vivirás para siempre.
Y en esta alegría nos esperas junto a Él.
Y yo, desde ahora me alegro, y también sonrío y canto.

¿ Quién puede negar
que la más profunda aspiración de su vida,
es vivir feliz, estar alegre
y gozar intensamente sus días?
Cada movimiento que hacemos,
cada actividad, cada conocimiento, y cada gesto,
está inspirado en esa búsqueda:
queremos vivir felices queremos gozar la vida.
Y sin embargo muchas dificultades y problemas
van amargando nuestro rostro
y van sumergiéndonos en penas,
desesperaciones y llantos.

María es ejemplo de alegría.
María es causa de nuestra alegría.

Sólo amando intensamente,
sólo escuchando a Dios y su Palabra,
sólo aceptando a Jesús en el corazón
y sirviendo delicadamente a los demás,
encontraremos los caminos para vivir alegremente.
No te engañes a ti mismo ni te dejes engañar por otros.
Muchos te prometerán felicidad
con recetas muy baratas.
Te hablarán de la comodidad,
de los intereses, de la seguridad,
el dinero, las inversiones y los egoísmos.

Algunos creerán que la alegría
es vivir huyendo de los dolores
o la confundirán con la carcajada sin contenido.
Si tú quieres ser feliz,
pregunta a María por qué ella puede saltar de gozo.
Pregúntale . Y escucha su respuesta.
Y hazle caso.
Virgen de la alegría,
entusiasta en el amor y en el servicio,
ayúdanos a sonreír y a cantar
como un gran pueblo de hermanos.
Danos la confianza de que Jesús vive en nosotros.
Quítanos el miedo
y haznos trabajar por la paz y la justicia,
de modo que todos los hombres
puedan vivir alegremente. Amén.